La suspensión del clásico entre Central y
Newell’s dio para todo. Pero que el presidente de los locales, Norberto
Speciale, haya dicho que sus hinchas no les robaron las camisetas a los
jugadores, sino que se la regalaron, ya entra en el plano del ridículo.
“¿Y qué dice del robo de las camisetas de los
hinchas de Central a los jugadores?”, le preguntó uno de los periodista al
presidente del club, Norberto Speciale, después de que se suspendiera el amistoso
con Newell’s. “No, qué robo. Si les pidieron las camisetas y los jugadores se
las regalaron”, respondió, con un tono entre soberbio y desinteresado. Segundos
antes, todo el mundo había visto por televisión cómo los barras invadían la
cancha, les arrebataban la ropa a los futbolistas y hasta se robaban las
bebidas que estaban en un balde enorme. Pero a pesar de lo que era evidente, el
dirigente lo negó. Negar es, claro, una forma más de generar violencia. Es también
una forma de ser cómplice de los violentos.
La desafortunada declaración de Speciale no
ayuda a clarificar al fútbol, sino que lo ensucia más. Ya ni nos asombra ver a
la policía reprimir ni a los barras robar. Tampoco nos sorprende la suspensión
de un partido por incidentes. En este caso, antes de que empiece. Ahora tampoco
nos provoca extrañeza que un directivo hable como si fuese uno más de aquellos
a los que no queremos; de aquellos que nos empañan cada fiesta futbolera. Pero
este dirigente, la siguió. Habló
de que estaba todo preparado para la fiesta pero hubo unos (los de Newell’s)
que no fueron. Entonces justificó que los jugadores salgan a saludar a los
hinchas. Y de paso, avaló ese robo al decir que apenas fue un pedido de
camisetas.
Esto, claro, no evade de responsabilidades a
los directivos de Newell’s, quienes
por estas horas son investigados por la Justicia para saber cuál fue su
responsabilidad en los incidentes. Pero si de la vereda de enfrente
calentamos el ambiente, esto no se termina más.
Para quienes quieran saber quién es Speciale, pueden ver esta nota publicada por el periodista Alejo Diz en Rosario/12.
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