viernes, 26 de julio de 2013

POR QUÉ ESCRIBIR SOBRE JUAN MANUEL FANGIO


El periodista Eduardo Gesumaría, apodado “Sprinter”, acaba de publicar un gran libro: “El otro Fangio”. La editorial es Raíz de Dos, que está publicando trabajos muy buenos, recomendables en todo sentido. Para esta página, el propio Gesumaría escribió sobre por qué hizo el libro que hizo. Que dicho sea de paso, aconsejamos que lean.

El motivo que me inspiró a  escribir este libro EL OTRO FANGIO, precisamente era destacar distintas etapas de su vida, como infancia, servicio militar, comienzo en el automovilismo, su trayectoria notable en el automovilismo con sus cinco campeonatos mundiales y también, muy importante, todo lo que realizó luego de su retiro hasta fallecer en 1995.

Mi relación con Fangio a través de 30 años fue muy intensa, gracias a un contacto con mi amigo Domingo Marimon, el ganador de la Buenos Aires-Caracas, vecino y amigo mío y que para Fangio era como un padre. Esto me permitió concretar la idea de que Fangio me contara sus 200 carreras oficiales para hacer un libro: LAS 200 CARRERAS DE FANGIO, que incluye el desarrollo de cada una de esas competencias, clasificación, detalles técnicos, y sobre todo, la opinión suya sobre cada carrera. Esto implicó numerosas charlas y grabaciones con Fangio a través de los años. Los derechos de aquel libro fueron cedidos al Museo Fangio, que pronto lo publicará con una editorial en cinco idiomas.

Fueron esas conversaciones que más allá de lo deportivo me impulsaron a escribir el otro libro porque el público tenía que conocer en detalles su humildad, actitudes de vida, ejemplo de deportista, amigo de los amigos, habilidad para ser lo que fue, la razón del éxito de su vida deportiva y el legado que dejó, todo lo cual queda registrado con hechos en este trabajo.

De acuerdo a esto pienso que es uno de los deportistas más importantes de Argentina a nivel mundial, un verdadero embajador, ya que no hay nada en su conducta contraria  a esa visión en  el mundo. Es difícil decir que fue el más importante, ya que no se puede comparar distintos deportes, donde también hubo gente muy destacada.

Pero hay un hecho muy curioso. Cuando se hizo el programa de televisión El Gen Argentino, su conductor, Mario Pergolini, realizó una gran encuesta sobre las figuras más impactantes de todas las épocas en el pueblo argentino que a través de las emisiones se fueron descartando hasta llegar al final para elegir los tres más impactantes. Fue curioso comprobar que los tres fueron el General San Martín, el Dr. René Favaloro y Juan Manuel Fangio en el deporte, superando ampliamente a Diego Maradona, sin duda el mejor jugador de fútbol de la historia, pero que su conducta deportiva  deja mucho que desear con el tema de la droga y numerosas agresiones a periodistas, más su vida personal que permanentemente destaca la prensa.

Ahora bien, hablar de defectos si los tuvo a nivel deportivo ni se notaron, porque por lo menos yo no he encontrado detalles que fueran causantes de algún conflicto o situación negativa.

Si se trata de su vida sentimental puede decirse que lo de su hijo, con quien tuvo un serio conflicto, es un tema que algunos señalan, Pero aquí entramos a un tema íntimo, muy difícil para opinar y que concierne sólo a sus protagonistas. No obstante, Fangio decía que en su vida le faltó formar una familia, porque como piloto profesional corriendo casi todos los fines de semanas, era imposible hacerlo. Además opinar sobre los sentimientos de cualquier ser humano no corresponde.

Pese a aquel conflicto, poco antes de morir Fangio, hubo un reencuentro entre padre e hijo y hoy Cacho tiene los dos apellidos: Espinoza-Fangio. Por eso en el libro sólo cuento los detalles generales, porque incluso fui mediador de este conflicto entre Fangio y Cacho con resultado negativo. Y esta situación personal nada tiene que ver con su conducta deportiva y de vida como hombre público.

Otros comentarios muy equivocados se relacionaban con que Fangio era muy avaro con el dinero, pero hay decenas de anécdotas que demuestran lo contrario, siendo la que más me impactó cuando sus restos eran llevados al cementerio de Balcarce y la caravana se detuvo porque los alumnos de un Colegio quisieron rendirle un homenaje, ya que Fangio les donaba desde hacía años su jubilación.

A ello debe agregarse la actitud con su amigos en este aspecto y deportivamente, hasta llegó a dejar ganar a Stirling Mos en Inglaterra y a Karl Kling en Alemania para que se dieran el gusto de hacerlo en su patria, aunque él siempre lo desmintió. También cuando lo secuestraron en Cuba al ser liberado no traiciónó a sus captores, evitando revelar ningún detalle personal. E incluso hizo gestiones luego ante el general Miranda para que no le hiciera nada al joven que lo secuestró a punta de pistola en el hotel Lincoln de la Habana, y que había sido detenido tiempo después, pero que no prosperó porque lamentablemente luego fue fusilado.

La base de la personalidad de Fangio está en sus padres y familia, los amigos de la infancia. Por eso era notable escuchar en el tiempo sus reflexiones y consejos tan acertados que muchos decían que era como escuchar los consejos de Martín Fierro. Tal vez por todo esto es a donde  llegó.

Tampoco Fangio como piloto fue un iluminado, sino un hombre de grandes conocimientos mecánicos, estudioso de los circuitos, gran estratega en las carreras. Como él lo decía “un buen piloto es aquel que gana una carrera corriendo lo más despacio posible”, que traducido significa planificar la carrera, cuidar el motor y las cubiertas y saber cómo vencer a sus rivales. Además también estaála suerte, por supuesto, ya que en los 10 años en que Fangio estuvo en Europa se mataron 32 pilotos.

Luego  del retiro Fangio colaboró con el Automóvil Club Argentino para las carreras internacionales que se hicieron en el País, las 84 Horas de Nurburgring, donde corrieron los Torino exitosamente, trabajó para que Balcarce tuviera su autódromo y luego el Museo al que donó sus autos y trofeos. Todo esto está  ampliamente explicado en el libro.

Eduardo Gesumaría (“Sprinter”) nació en Córdoba en 1936. Trabajó en LV2, LV3, Radio Universidad y actualmente conduce en Radio Mitre su clásico programa Autodinámica. Escribió en los diarios Meridiano, Orientación y Los Principios, y en las revistas Automundo, Corsa y Campeones. Actualmente colabora con La Voz del Interior. Publicó los libros La historia del automovilismo de Córdoba; Los Marimón; Oscar Cabalén, el ídolo; Apuntes de la Radio y Televisión de Córdoba; Pirín Gradassi y Las 200 carreras de Fangio, cuyos derechos adquirió el Museo Fangio. Realizó el primer programa de automovilismo de la TV en 1960. En el año 2001, el Senado le otorgó una plaqueta por su trayectoria periodística, y el gobierno de Italia le brindó un homenaje como ciudadano destacado.

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