miércoles, 26 de diciembre de 2012

MARAVILLA MARTÍNEZ – CORAZÓN DE REY


Editorial Planeta acaba de editar la autobiografía del gran boxeador argentino, reconocido en todo el mundo no sólo por ser el campeón y uno de los mejores en la actualidad, sino también porque debajo del ring tiene mucho por decir. Y lo dice en este trabajo.

“Con mis 37 inviernos sentidos en cada articulación, pero con la fuerza que me da la convicción de saber que en cada latido es mi sangre la que golpea las puertas de la gloria”, se lee en una de las tantas frases que escribe Sergio “Maravilla” Martínez en su autobiografía “Corazón de Rey” (editorial Planeta), aparecida en el momento más importante de su carrera. Poco después de vencer a Chávez Jr. y lograr el título de Campeón de Peso Mediano del Concejo Mundial de Boxeo.

2012 fue el gran año de este boxeador nacido en Quilmes que es respetado en todo el mundo. Sus apariciones en la televisión, su próxima pelea del 27 de abril ante el inglés Martin Murray y su reciente Olimpia de Oro entregado por el Círculo de periodistas Deportivos ratifican que vive “su” momento. Y hay más.

Al libro de Germán Riesco (“Maravilla Martínez –El hombre detrás del campeón) se le agrega este trabajo tan íntimo. Queda en claro, entonces, que la fiebre por Maravilla es total. Y la literatura dice presente.

El de Planeta es distinto al de los habituales que salen sobre deportistas. Porque en este caso está hecho por el propio protagonista. Es él quien da cuenta de sus esperanzas, de sus sueños, de sus peleas y de sus creencias.

Cada frase o concepto que refleja Martínez da cuenta de que sabe dónde está parado en la vida. Leerlo es una forma de adentrarse en su universo, que es enorme si se tiene en cuenta todo lo que ha recorrido desde aquella infancia llena de ausencias a ésta adultez en la que cuenta billetes y gana títulos al mismo tiempo que respeto. Sus fans son cientos y están en todas partes. A ellos dice que se debe.

En este gran momento de Sergio Martínez, no está de más leer este libro para conocerlo en profundidad. Al fin de cuentas, en todos lados aparece su nombre. Y no está mal saber de quién hablamos cuando hablamos de Maravilla.

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