Desde este mes, cinco de sus
clásicos estarán a la venta. Los editará Planeta, que anunció que en estas
nuevas tapas habrá ilustraciones de colegas y amigos suyos: Rep , Caloi , Crist
, Nine y Alonso. En diciembre se publicarán otros títulos.
Se trata de los siguientes
libros:
El área 18 (ilustración de Caloi)
Secuela de Best Seller, El área
18 narra otra misión del aventurero internacional sirio. Congodia, un pequeño
país africano, ha logrado su independencia y el desarrollo de su economía a
través de su equipo nacional de fútbol. Allí, monumentos a futbolistas decoran
plazas y museos, en las universidades se dictan seminarios sobre córneres y el
edificio más importante es el estadio Bombassi, construido en el cráter de un
volcán. Pero Congodia se encuentra en una situación geográfica estratégica y
las apuestas se tornan cada vez más fuertes. Es entonces cuando una corporación
internacional decide armar un conjunto capaz de obtener la victoria: una
caterva de mercenarios que debe vencer a la selección de Congodia. Best Seller,
su capitán, es el único hombre que puede conducirlos al éxito.
El mundo ha vivido equivocado
(ilustración de Crist)
Hugo y Pipo se preguntan cómo
sería un día perfecto. El punto de partida es, claro, una mujer, una rubia que
habla en inglés y está sentada en un sillón de caña en una cafetería. ¿Hay que
acercarse? ¿Y si el tipo que estaba con ella resulta ser el marido? Y si se
sientan junto a ella, ¿qué le dicen? Las historias avanzan, retroceden y se
bifurcan en múltiples digresiones para llegar siempre a la misma conclusión: el
mundo ha vivido equivocado. Publicado en 1982, El mundo ha vivido equivocado y
otros cuentos da inicio a una serie de compilaciones de relatos donde
Fontanarrosa se afianza de forma definitiva como un gran narrador. Con la misma
agudeza y mordacidad de la que ya había dado muestra en su labor de humorista
gráfico, sus cuentos llevan hasta el absurdo las referencias a la cultura
popular y provocan una sonrisa ambigua. Un humor despiadado, entre el chiste y
la cargada, en la prodigiosa pluma de “el Negro”.
La Gansada (ilustración de
Alonso)
Esteban de Montepio debe operar
en Japón a su madre, que se está quedando ciega. Cuando la bella e inmensamente
rica Amapola Vanderhoeven recibe la noticia de la presunta muerte de su marido,
Esteban encuentra el modo de solventar la operación. Simulará amar a Amapola
aunque en realidad esté enamorado de una joven obrera de la curtiembre de
pieles de cerdo, que es la base de la fortuna de los Vanderhoeven: María, cuyo
rostro quedó desfigurado en un accidente de trabajo del cual fue salvada por
Esteban. Un incendio en “La
Gansada”, la casa de veraneo de los Vanderhoeven, motivará
una invasión del capitán Lemonade y su tropa de bomberos. Y además dará lugar a
la tormenta que se desarrollará entre los habitantes de la mansión: un
misterioso viejo encerrado en la buhardilla y los hermanos de Amapola, uno,
producto de un embarazo psicológico, y la otra, una suicida frustrada.
La Mesa de los Galanes
(ilustración de Nine)
El bar El Cairo, inaugurado en
1943 en la ciudad de Rosario y famoso por ser el lugar de reunión de artistas e
intelectuales, quedó inmortalizado en “La Mesa de los Galanes”. Muchos de los motivos de los
cuentos y de los personajes ficticios de Fontanarrosa están inspirados en las
charlas que se daban entre los muchachos de la mesa, según las propias palabras
de “el Negro”. En estas historias convergen una maestra del rosismo que dio
origen a la composición tema “La vaca”; el cadete Lucio Alcides Alzamendi, que
perdió la oportunidad de entrar en la historia por culpa de un poeta popular;
un cazador de hembras reincidente; un francés “levantador” pero ya en
decadencia; un canalla de Pompeya que intenta cumplir un extraño pedido post
mórtem de su padre. Todos ellos comparten y reflejan el culto a la amistad y el
compañerismo.
No sé si he sido claro
(ilustración de Rep)
“Te digo más”, “Usted no me lo va
a creer”, “No sé si he sido claro” son expresiones diarias que se repiten una y
otra vez. Y fue Fontanarrosa quien logró captar, como ningún otro, con humildad
y maestría, el sentimiento popular frente a las cinco cosas a las que pareciera
reducirse la vida: el amor, la amistad, la pasión, la locura y la muerte. No sé
si he sido claro y otros cuentos, su segundo libro de relatos, refleja aquella
famosa frase que supo enunciar y que lo definía de cuerpo entero: “De mí se
dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me
interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de
Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me
dice: ‘Me cagué de risa con tu libro’”.
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