Es un libro hecho por Agustín d´ Empaire (idea) y Víctor Pombinho (producción periodística) y editado por la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral. Consta de entrevistas a profesionales con diferentes vinculaciones a Internet. A continuación, Víctor –uno de sus responsables y colega con el que nos conocimos en la web de América- escribe sobre este trabajo.
Cuando Agustín d’Empaire me
convocó en octubre de 2010 para hacer un blog de tecnología y nuevos medios que
tuviera entrevistas con protagonistas de ese mundo me pareció una muy buena
idea. Un año después, ya había hecho más de 110 reportajes, que en su mayoría
forman parte de este libro.
En ese lapso entrevisté a
emprendedores, periodistas, community managers, programadores y diseñadores que
día a día trabajan creando contenidos en Internet. La experiencia fue
extraordinaria.
Mi idea desde un comienzo fue
dividir los cuestionarios en dos: primero, preguntas que estuviesen
relacionadas con el trabajo particular del entrevistado. Y luego, con Internet
en general. En la segunda parte incluí preguntas que hice a todos, como “quién
es tu referente”, “qué aplicación o sitio web va a explotar”, “a quién hay que
seguir en Twitter” y “cuál es la mayor mentira de Internet”.
En la primera, Steve Jobs era
nombrado mayoritariamente hasta su muerte. Luego, su mención fue unánime. La
segunda pregunta apuntaba un poco a jugar con el tema del “gurú” de Internet y
ver luego quién la pegó y quién no. Foursquare tuvo muchas menciones hasta la
salida de Google Plus. A partir de ahí, fue todo de la red social de Google. La
pregunta sobre Twitter apuntaba a ser un “servicio”, para que quien leyera la
nota pudiera agregar gente interesante a su TimeLine.
La pregunta final (mi favorita),
quiso ser un sello, como la célebre de “la primera vez” de Jorge Guinzburg
(salvando las distancias). Y nació porque en las redacciones web por las que
pasé siempre se habló mucho de “la mentira de Internet”. En parte, siempre
pensé que la frase tiene que ver con la virtualidad del medio, pero va más allá
y apunta, quizás, a la desconfianza sobre la fortaleza financiera de las
empresas de Internet.
Fue la pregunta con la que logré
las respuestas más divertidas, que en su mayoría apuntaron a la falsedad de la
creencia de que es fácil hacerse millonario con una empresa digital.
Evidentemente, los laburantes de la web saben lo que cuesta ganar plata en el
sector.
Por último, quiero destacar la
buena disposición de los entrevistados. A todos ellos les quiero agradecer
mucho la buena onda. La facilidad para lograr los contactos, además, me hizo
reflexionar sobre cómo Internet facilitó la comunicación entre gente que no se
conoce. Es inimaginable lo que me hubiera costado hace 20 años hacer estas 100
entrevistas, pasando por teléfonos fijos y los filtros de secretarias y demás.
Hoy, los contactos están al alcance de la mano y, si tenés un buen motivo, podés
acceder prácticamente a cualquiera. Y eso es genial.
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